viernes, 8 de junio de 2012

BIENVENIDO SR. ASPERGER

Estimado Sr. Asperger, sea usted bienvenido a mi casa. Pase. Póngase cómodo. Ante todo quiero agradecer la gentileza de su visita y valorar su presencia. Debo admitir, sí, que al principio tuve temor de dejarlo entrar. Siempre dicen que ante alguien desconocido es mejor ser precavido pero admito también que me causó mucha confianza verlo llegar y eso también es digno de ser agradecido.
Tome asiento, Sr Asperger, por favor. Permítame servirle algo de tomar. Un vaso con agua por supuesto, qué mejor que lo natural y sano, ¿verdad?
Permítame tomar su equipaje, voy a guardarlo, luego le diré dónde va a descansar.

Es un placer tenerlo con nosotros, nos han hablado mucho acerca de usted y estamos muy emocionados que haya llegado, ya habrá tiempo de conocernos mucho más; por lo pronto conozca mi casa, le pido encarecidamente se acostumbre a ella. No tengo nada fuera de lo común, tan solo lo básico y necesario para llevar una vida decente y tranquila. Es usted nuestro inquilino y precisamente queremos que la convivencia sea lo más placentera posible. Mi casa es su casa como comunmente se dice en estos casos. Gracias por su puntualidad, por haber decidido llegar. Ya nos hemos organizado en familia y estamos dispuestos a que su presencia sea cómoda para todos.
No voy  a negar que el hecho de compartir nuestras costumbres con usted y viceversa pueda tornarse incómodo y complicado al principio, pero todo forma parte del proceso de adaptación al que poco a poco, estoy seguro, nos vamos a acostumbrar. Esperamos de todo corazón, comportarnos a la altura de sus expectativas y que este trabajo en equipo rinda los frutos que ambos buscamos.

Bien Sr. Asperger, ahora que ya hemos quebrado el hielo de la primera impresión, permítame ser transparente y expresar mi sentir auténtico; con esto pretendo comprenda que he aprendido a decir las cosas y no callarlas. Curiosamente al enterarme de su visita e indagar acerca de usted es que aprendí esa facultad. Le ruego no me malinterprete, voy a tratar de ser lo más claro posible porque entiendo que usted procesa todo relato de manera literal.
El día que me avisaron que usted llegaría a mi casa, me molesté. Mi decisión de formar una familia no incluía planes de agentes invasores. Disculpe usted si sueno ofensivo, no es en absoluto mi intención mortificarlo... déjeme continuar por favor. Sentí que no estaba preparado para albergar tan compleja presencia. Incluso, en mis momentos de desierto y silencio, sentía frustración y miedo. Y claro, cuestionaba que el destino me haya elegido a mí y no a otra familia quizá más capaz de entender este tipo de situaciones. Sin embargo hice una tregua con mis pensamientos y decidí conocerlo. Honestamente mientras iba sabiendo más de usted mi preocupación crecía pero la imagen que inicialmente proyecté fue cambiando. Digamos que poco a poco se acomodó y mi mente y corazón iniciaron una relación poderosa con el propósito de entender que en realidad nadie lo obligaba en venir sino que usted decidía llegar luego de elegirnos.
Esta manera de ver las circunstancias, junto a mi esposa y mis hijos, nos permiten ahora tenerlo dentro de nuestra casa y darle la más honesta bienvenida.

A decir verdad, es usted muy peculiar. Todo lo dice con genuina sinceridad, no es capaz de mentir. Es muy correcto y educado y sus emociones son horizontales. Sin embargo, me apena saber que es temeroso. Me duele saber que le cuesta hacer amigos y que prácticamente somos nosotros quienes mejor llegaremos a entenderlo. Me apena que su capacidad de frustación no encuentre la forma correcta de ser demostrada o canalizada. Pero pese a todo eso reitero mi gratitud por su presencia porque vamos a ayudarnos mutuamente.
Nosotros como familia, tenemos el compromiso de darle a su vida la mejor calidad y sobretodo el mejor buen humor, y, claro, con usted en casa todo el tiempo tenemos mucho que aprovechar y mucho más que aprender.

De usted aprenderemos a ver la vida de una manera más humana, más cristalina. Tendremos la oportunidad de conocer una nueva manifestación del amor. Tomados de la mano aprenderemos a que la sonrisa más perfecta no es la que se dibuja en el rostro sino la que se impregna en el corazón. Gracias a usted seremos capaces de respetar la diversidad de muchas personas que nos rodean y tantas veces son incomprendidas. Usted nos enseña mucho acerca de lo que significa Tolerancia y cómo se practica. Usted ha permitido que cerremos los ojos una noche entera y al abrirlos al amanecer, nuestro entorno tenga otro color y otro significado. Usted ha tenido la valentía de llorar y enseñarnos también a sentir nostalgia y pena. Ha sido sumamente eficaz al mostrarnos que también es necesario temer. Ha sido totalmente oportuno manifestar a través de un abrazo legítimo lo que significa la ternura y que esta manifestación no solo le corresponde a un género sino a todos por igual. Porque todos debemos ser tiernos siempre, con nuestros hijos, con nuestros padres. Con el prójimo. Usted me ha enseñado que aquello que veía insignificante tiene una razón de ser en el mundo; aprender esto ha sido una de las cosas más maravillosas que me han podido pasar. Lo admito y lo digo orgulloso: Soy una mejor persona gracias a que usted es una persona maravillosa.

Gracias por su elección. Gracias por permitirnos conocerlo. Gracias por tocar a mi puerta y considerar que en nuestra casa se sentirá cómodo. Nosotros haremos más de lo que esté a nuestro alcance para brindarle la comodidad que merece sin perder la órbita de ir enseñándole la realidad del mundo en que vivimos. 
Debo advertir y sé que me entenderá cuando digo que habrán momentos difíciles, duros, complicados. Incluso que me lleven a pensar que puedo claudicar pero créame que no lo haremos. La astucia de sus deducciones y el compromiso de nuestra tarea permitirán que sobrellevemos momentos de tensión y los convirtamos en puro aprendizaje. El hecho de que hoy usted esté aquí no es para nada mérito nuestro, al contrario, es bendición de Dios contar con su presencia porque me ayuda a ser un papá con temple, ayuda a mi esposa a ser una mamá invencible y ayuda a mis hijos a ser cómplices de cada etapa de sus vidas; hoy como niños siendo protectores el uno del otro, mañana como adultos siendo uno solo en todo momento. Todo esto lo ha logrado usted.
Siendo así, cómo no podríamos sentirnos dichosos de hacerlo miembro de nuestra familia.

Finalmente, Sr. Asperger, quiero que sepa que lo quiero mucho. Que voy a protegerlo con toda la fortaleza que tienen mis huesos, con todo el amor que me permite el corazón y con toda la inteligencia que me brinda la razón. Repito nuevamente, esta es su casa, gracias por venir. Si algo le incomóda hágamelo saber y por favor, como siempre le digo a mi familia y a mis amigos, vivamos en diversión, no hay mejor manera de disfrutar la vida que divirtiéndonos siempre.

Bievenido nuevamente Sr. Asperger.

 Dedicado a todos los seres humanos con Síndrome de Asperger, especialmente a mi hijo Mateo.

       



9 comentarios:

  1. muy bueno Franco !
    felicitaciones por tanta humanidad

    ResponderEliminar
  2. Como siempre llenas mi corazon de mucha emocion al leerte, lagriams corren por mi rostro de saber que tengo cerca mio a un ser maravilloso con esa sensibilidad que solo los seres privilegiados la tiene Dios te escogio y Dios te envio a ser parte de nosotros. Gracias .

    ResponderEliminar
  3. HIJITO, qué GRANDE eres, quizá esta frase suene como que para toda madre sus hijos son grandes, pero no, he leído como mamá y luego he releído tratando de ponerme del otro lado, del lado de las familias que tienen personas con éste síndrome y quizá a partir de tu reflexión acepten al señor Asperger, como tú le dices, con mucha más comprensión y confianza.
    Te felicito y te quiero mucho!!!!! - Grande Mateo!!!!
    Mamá.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a mis dos siempre fanáticas que tienen el comentario preciso y suficiente para animarme a continuar escribiendo. Y Pepe, muy agradecido de verte por acá también. Gracias por tu comentario y aprecio. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. yo tengo 26 años...y pese a que no tuve la suerte de tener una familia como la de Mateo, con la ayuda de mis verdaderos amigos (aquellos que les costó años comprenderme)... ahora sólo me quedan ciertas características de mi casi antiguo amigo el Asperger! Me he quedado impresionada al sentirme tan identificada con cada caraterística descrita. Sólo puedo decir ahora que sólo los que aman llegan a aceptar y no preguntarse más el "por qué". Yo hoy agradezco a mi madre y a aquellos amigos que nunca me dejaron. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola "Anónimo", me encantaría saber de ti, poder conversar y aprovechar el lado increíble de este medio que permite las relaciones humanas para fines beneficos. Mi hijo Mateo estaría orgulloso de conocerte, tenlo por seguro. Espero tener noticias tuyas pronto, mi familia te lo agradecerá.

      Eliminar
    2. sabes cuál es la diferencia entre Mateo y yo? que ustedes saben lo que sucede desde ya y lo apoyan (y son un éxito) y en mi caso tuve que adaptarme a toda la época del colegio, a mis relaciones interpersonales, al típico: "eres rara" de algunas personas...aún ahora!! jaja pero ya muchos amigos mios lo ven desde el lado divertido! y yo también! soy diferente y no sabes cómo lo disfruto! pronto tendrás noticias mias, verás q si...verás que si...

      Eliminar
    3. Felicito que tomes con alegría tu capacidad de adaptarte a la vida cotidiana, me imagino que no ha sido fácil. Y en realidad, no eres rara, eres única... eso es lo bonito de este asunto. Cada uno es único y como tal merece respeto.

      Eliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar