viernes, 19 de abril de 2013

HOY ESCRIBO ACERCA DE NADA

Escribir acerca de nada, eso intento. Y es que la falta de inspiración a veces inspira. Es como pensar en todo a la vez y decírselo al mundo cuando sabes que nadie escucha. Como un momento de desierto y de reflexión que te permite ver desde adentro en qué etapa de tu vida estás y cómo la estás viviendo. Pensar en nada y en todo a la vez te cuestiona porque hay preguntas que nunca llegan a tener respuesta pero te quedas con aquellas que sí logras responder. He decidido, esta vez, dejar que las palabras fluyan mientras pienso, mientras divago. Y eso es bueno, porque de pronto me imagino en una isla descansando bajo una palmera frente a un inmenso mar azul y eso me relaja. Ahora estoy sobre un caballo cabalgando a todo galope por un bosque y mi sensación es de aventura. Veo a lado y contemplo a mi esposa dormir y siento ternura porque, impresionantemente, duerme sonriendo. Mis hijos duermen en sus cuartos y sus pequeños ronquidos me mantienen alerta. Para ellos soy divertido y eso permite sentirme un héroe.

Durante los últimos días busqué en mi mente un tema del cual escribir y no lo hallé, eso me turbó porque sentí que estaba comenzando a carecer de historias y relatos. No sé si esto le ocurra a menudo a quienes tienen por hobbie jugar con las ideas y plasmarlas en escritos pero sí, admito que me incomodó. Pero como siempre las propias ocurrencias son capaces de sorprendernos, decidí entonces escribir acerca de lo que salga en el momento. Incluso de nada se puede hablar porque nada es un tema que se permite discutir.

He mencionado la palabra "semana" cuando digo que estuve pensando de qué escribir y ahora encuentro un motivo. Esta semana empezó liviana pero ha terminado desordenada. Las últimas tardes he querido que se vuelvan noches más rápido y así las noches se conviertan de inmediato en el día siguiente. Hay momentos en los que estás arriba, muy arriba. Tan arriba que hasta se vuelve vertiginoso ver todo desde allá. Hay caídas también desde muy alto que nada amortigua el impacto contra el suelo y reaccionas cuando ya te has golpeado. Las vorágines de la vida.

Felizmente el descanso trae sosiego y la inteligencia la capacidad de empezar de nuevo. Allá vamos.

Hace una semana escribí un cuento para un programa de escritores aficionados promocionado por un conocido diario local. La idea era que salga publicado en la fecha que se indicaba pero no fue así. Nadie supo esto hasta este momento pero me frustró mucho no ser seleccionado. Mucho. Aún hay oportunidad, pero tuve mucha expectativa por salir en la primera edición. ¿¿¿Soberbia???, puede ser y me honra. He encontrado al escribir, un placer propio, mío, único. He encontrado en la descripción de mis hazañas y experiencias el momento en que converso conmigo abstraído del mundo. Por eso es que estoy tratando de trascender con mis líneas. Aún es un sueño ligero que espero se siga formando pero evitando que se convierta en pesadilla. Y lo mejor de todo es que la mejor parte de escribir es compartirlo públicamente. Algo estoy haciendo y está siendo retribuido poco a poco.
 
Acaba de pasar un avión. Dentro de un mes exactamente saldremos de viaje en familia. Nunca hemos viajado en familia. Nos vamos a un país centroamericano aceptando la invitación de unos amigos. Temía mucho tomar la decisión de un viaje de tales proporciones. Me convenció la sencilla razón de merecernos este regalo. Una de las cosas que uno debe hacer en su vida es viajar, además, porque dicen que lo haces una vez y no quieres dejar de viajar nunca más. Eso quiere decir que este debe ser el primero de muchos viajes familiares, siempre, que haremos constantemente. Ya es un hecho, nos vamos. Será motivo de una crónica de viernes, estoy seguro.
 
Ayer entré a una farmacia a comprar unos medicamentos que mi esposa necesitaba porque está con un tratamiento. Pedí, pagué y me fui. Quince minutos después, camino a casa, me di cuenta que había dejado mi libro en la farmacia. Leo novelas que demoro en terminar porque aprovecho el tiempo de ida y vuelta del trabajo para leerlas. Recordé que inmediatamente salí de la farmacia otro cliente pasó al mostrador a comprar. Habían muchos clientes recordé también, lo que reducía las probabilidades de encontrar mi libro si es que algún lector se percató de mi descuido y quiso apropiárselo. Regresé. Avisé a la señorita del mostrador lo que había pasado y de inmediato me lo devolvió. Felizmente. Me regresó el alma al cuerpo. Irónicamente pensé que muy pocos leen en nuestro país.
 
Mi suegra sufrió un accidente en casa. Se rompió un vaso y por evitar que cayera al suelo se cortó con el vidrio haciéndose una profunda herida en la mano. Ella nos ha estado visitando en casa estos día para ayudarnos porque muy por coincidencia mi esposa también está pasando por un tratamiento actualmente que impide use una de sus manos. Ellas dos están mal y yo me siento más manco que ellas porque sin su apoyo como que estorbo un poco. Espero se recuperen pronto (necesito que se recuperen pronto). Por favor, recupérense pronto.
 
La otra noche mi hijo mayor no pudo dormir, cuando eso pasa debemos ser muy prudentes para descubrir el motivo de su angustia. Al principio nos responde que no pasa nada, que simplemente son pesadillas u otras explicaciones que sentimos carecen de sentido pero para él son un tormento. Él llora y nosotros nos impacientamos. Le damos alternativas para que esté tranquilo. Duerme con tu almohada, abraza tu pingüino, deja prendida la luz de tu lámpara y así concilia el sueño nuevamente. A la mañana siguiente y luego de haberse despertado incluso dos veces más en la madrugada nos logra decir que en la clase de teatro de la semana pasada en el colegio le hicieron elaborar una máscara con papel y mucha goma. La sensación de la goma en sus manos lo había puesto muy nervioso por su marcada sensibilidad hacia ciertas texturas y ese día nuevamente le tocada Teatro. Eso lo atormentaba a nuestro chiquito. Mamá le dijo que iba a hablar con el profesor. Él se negó diciendo que tenía que hacerlo pero de todas maneras sugerimos al colegio no presionarlo con ese tipo de tareas. Ese día, cuando Mateo regresó del colegio estaba feliz, el profesor había entendido perfectamente la situación y lo había apoyado en todo. Felizmente mi hijo, este año en el colegio, está rodeado de gente muy buena, lo cuidan y admiran y yo los admiro y les debo todo mi respeto.
 
Santiago tiene cuatro años y dice estar enamorado o en todo caso no lo dice con esas palabras textuales pero sí comenta que una chiquita es su novia. Que una amiguita le gusta. Cuando le pregunto al respecto, no me responde porque le da roche.  Así me dice, ya me dio roche. Mi hijo, está creciendo. Hoy son ocurrencias y mañana serán vivencias que con todo derecho vivirá en libertad y bajo conciencia. Ya lo he dicho, mi hijo menor me educa y me enseña que la vida no es complicada, que es simple. Que una risa bien disfrutada siempre es el mejor motivo para estar alegre todo el día.
 
Y así, queriendo hablar de nada de pronto hablé (o escribí) de todo. De mi semana, de mis cosas. De esas cosas que al igual que yo vives tú y hacen tu día. No tenía un tema específico para esta ocasión. Me senté frente a la computadora tan solo para comprobar si existe la inspiración dentro de la falta de ideas y me muestro la grata satisfacción que sí es posible.
Me estoy dando cuenta, poco a poco, que esto de escribir me está gustando cada vez más, me está encantando y me está atrapando. Continuemos entonces en esta aventura. Te invito a hacerlo. Es un deleite ver como de pronto, mientras por mis oídos entra música instrumental, por mi mente salen dictados que cuentan algo... ya alguien que goza de toda mi admiración y cariño me preguntó la vez pasada - Franco, ¿será que dejarás todo por escribir? -. No lo sé aún maestro. No lo sé.

Moraleja: Pienso, luego escribo.

3 comentarios:

  1. Creo que alguna vez ya te dije que te leo como mamá y te releo como prójimo, cosa muy difícil pero no imposible, para tratar de evaluar imparcialmente. Pues te confieso que ambas posturas quedan ampliamente satisfechas con lo que escribes, me divierten, me emocionan en otros casos, me sorprenden, pero por sobre todo me gusta tu estilo.
    Te amo hijo.

    ResponderEliminar
  2. Una gran verdad , sentarse frente a una maquina y volcar todo lo quese siente es muy gratificante , xq uno desnua su alma y deja brotar todos los sentimientos que a veces uno tiene guardado y no los deja salir . Y tu tienes esa virtud que plasmar con tal sencillez y ternura ue nos haces hacer volar la imaginacion . Sigue adelante y nunca dejes de escribir !!

    ResponderEliminar
  3. Me encanta y divierte cuando escribes,por eso te admiro y mas.

    ResponderEliminar